9 de noviembre de 2014

El Villarreal fue más peligroso, pero el Espanyol tuvo mucha fe en los minutos finales.



Espanyol y Villarreal debían ser conscientes de que el interés informativo en Catalunya no se encontraba en la jornada de su enfrentamiento sobre un campo de fútbol y, quizá por ello, salieron al terreno de juego dispuestos a no hacerle la competencia a la consulta por la independencia.


Tanto los barceloneses como los castellonenses estuvieron más de veinticinco minutos sin realizar ni un solo disparo. Las dos escuadras se afanaban en mantener la posición táctica y en no ofrecer facilidades a su rival para preparar jugadas de ataque y el choque se convirtió en una cadena de pérdidas y recuperaciones de balón sin que apenas ninguna combinación consiguiera llegar con claridad a las zonas desde las que se deciden los partidos.


Esta máxima seriedad defensiva inicial duró los primeros veinte minutos. A partir de ahí, los jugadores creativos y de ataque empezaron a encontrar algunos espacios y a ser capaces de llevar el balón más hacia delante.


El primer remate llegaría de esta forma en el minuto 26 y acabaría en el fondo de la red. Mario recibía una asistencia de cabeza de Cheryshev que había recibido, a su vez, un centro desde la banda derecha de Jonathan. El tanto cayó con plomo sobre las espaldas de los jugadores locales, algo que aprovechó el Villarreal para buscar el segundo.


De este modo, solo tres minutos más tarde pudo llegar el 0-2 con un doble remate visitante en el que primero lo intentó fue Vietto desde dentro del área, antes de que Manu Trigueros hiciese lo propio desde fuera. Casilla no tuvo problemas para detener ambos disparos.
Este segundo aviso sirvió para sacar de su apatía al Espanyol, que volvió a reforzarse en sus labores defensivas. El choque, de nuevo, pasaba a convertirse en un cúmulo alternativo de errores continuados forzados por la prioridad en la destrucción de los dos equipos.


A partir de ahí y hasta el descanso, las dos únicas acciones reseñables fueron para los locales. En la primera, Sergio García no consiguió armar con propiedad la volea para rematar un centro desde la banda izquierda. En la segunda, ya en el minuto 43, Trigueros tuvo que salvar in extremis un saque de córner muy cerrado del Espanyol en el que Bruno peinó involuntariamente hacia atrás, superando la salida de Sergio Asenjo y estando a punto de firmar el 1-1 en propia puerta.


En la segunda mitad, el Espanyol salió decidido a, al menos, controlar el juego y el balón, con un Villarreal mucho más defensivo, cómodo con el dominio local y esperando atrás para arriesgar en la menor medida posible la ventaja adquirida en el primer acto. Así, llegó el cuadro barcelonés a crear algunos disparos en la primera fase del segundo acto, pero en ninguno de ellos inquietó en exceso a un Asenjo que se mantenía sólido en su portería.
 
El dominio no se transformaba en un nuevo empate y, poco a poco, el Villarreal fue animándose a plantear sus propias opciones de aumentar su ventaja. La mejor a punto estuvo de rebasar la línea de cal en el minuto 71, pero Fuentes salvó con la cabeza el disparo de Vietto. Este, que había protagonizado la acción previa por banda izquierda con Bruno, había cedido previamente a Giovani quien, tras fijar a Casilla y dejar la portería sin guardián, devolvió al 'siete' visitante.


Los minutos se iban agotando y todo hacía indicar que los tres puntos se iban a ir a Vila-real, hasta el punto de que los de Marcelino se replegaron en exceso. Una situación que el Espanyol no estaba dispuesto a dejar escapar. Salieron así los periquitos en tromba, creyendo a medida que el partido se consumía cada vez más en sus opciones.
Stuani llegó a caer dos veces en el área, pero el árbitro no vio penalti en ninguna de ellas. Además, las ocasiones a balón parado se sucedían y los córners y las faltas se convertían en las catapultas que protagonizaban el asedio a la meta de un Asenjo que dio el susto del encuentro al caer con el cuello tras un salto para atrapar un balón aéreo.


Afortunadamente, Asenjo se recuperó sin problemas, pero no tuvieron tanta suerte los visitantes como para evitar que el acoso barcelonés se saldara sin consecuencias. Ya en el tiempo de descuento, Sergio García envió un balón desde la derecha al área que Víctor Ruiz envió forzado a Asenjo. El rechace le cayó a Colotto que, sin marca, definió para poner el empate en el marcador. Poco más dio de sí el encuentro. El Espanyol ganaba un punto y el Villarreal perdía dos (y van 6 los que se le escapan en los últimos diez minutos de sus encuentros) en un choque en el que los errores fueron lo más destacado y en el que ninguno mereció ganar.


Alberto Martínez. @SiempreRamosSi

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