28 de diciembre de 2014

Luis Enrique Martínez recordará éste año que se nos va en pocos días como uno de los más exitosos respecto a su carrera futbolística, ya que relanzó su carrera como entrenador la pasada temporada, volviendo a la Liga BBVA a los banquillos del Real Club Celta de Vigo, al que dejó muy bien clasificado y con fantásticas sensaciones de juego, y una segunda mitad de año donde se ha coronado como primer entrenador del FC Barcelona, uno de los mejores equipos del mundo, y un banquillo caliente y difícil de llevar al día. Por eso, para bien o para mal, este 2014, para Luis Enrique, será difícil de olvidar. 


                               Lucho ha vivido un 2014 muy movido profesionalmente.


Luis Enrique, el actual entrenador del FC Barcelona, tendrá muy presente en su carrera profesional este año 2014 por diferentes motivos, pero principalmente por ser el año en que, tras su paso por el Calcio, se expuso al mundo internacional, al frente de los banquillos de la liga española de Celta de Vigo y, sobre todo, en éste último que ocupa en el presente, el del Barcelona.
Porque cuando te refieres a alguien que vive por y para el fútbol no te puedes referir a su recorrido o actuación por años, sino por las temporadas que lleva a cabo en uno u otro equipo, tanto a la hora de analizar futbolistas o, como en este caso, entrenadores de este deporte.

Y el 2014 de Luis Enrique también forma parte de algunos meses del pasado año, cuando llegó a tomar las riendas del Celta de Vigo, tras su efímero y casi silencioso paso por el Calcio italiano, al frene de la Roma. El conjunto vigués venía de una temporada donde había vuelto a la liga de las estrellas tras su andadura en la segunda división y, tras una temporada de sobresaltos y sufrimiento, decidió apostar por un técnico que le gustase el buen fútbol y que dejase en la ciudad del faro gallego
la sensación de que están volviendo a ver buen fútbol como en antaño. Luis Enrique se hizo cargo de aquel Celta que al principio, le costaba, pero tenía clara la idea de juego a desarrollar. Con el tiempo y los meses y el rodaje de los entrenamientos, Lucho hizo del conjunto celeste un equipo incómodo, difícil de batir y que proponía fútbol ofensivo y con goles. Y como buen conocedor de "La Masia" cuando cogió las riendas del conjunto gallego se trajo con él futbolistas que en el Barcelona ( entonces del Tata Martino ) iban a tener minutos durante la temporada. Fue el caso de hombres como Fontás, Planas, Nolito, tras su paso por el Granada, y sobre todo de Rafael Alcantara "Rafinha", quién canalizaba todo el fútbol ofensivo del equipo de Luis Enrique y cuya conexión con Nolito, Charles, Krohn Dehli, era el más simple y bárbaro deleite de la afición celeste. Se jugó durante esa temporada muy bien al fútbol en la rivera de Balaídos.
 Pero Luis Enrique tenía una cláusula en su contrato, y esta no era más que si algún equipo grande o en ese caso, superior económicamente y con aspiraciones mayores que el Celta, él tenía la libertad para abandonar si quisiera la disciplina gallega y firmar por ese equipo.

                                      Luis Enrique creó fútbol del bueno en el Celta de Vigo.

Y ese equipo que tenía diferentes aspiraciones que el conjunto gallego no fue más que el FC Barcelona, que también venía de un año revuelto, posiblemente el peor de la última década en can barça, en blanco en cuanto a títulos y destrozados anímica y psicológicamente hablando, tras la pérdida de Tito Vilanova, al fallecer por el maldito cáncer durante el desarollo de la temporada, el golpe definitivo que se le pudo asestar  a un Barcelona sin rumbo, que navegaba en la liga más por calidad que por insistencia e imaginación. Con un entrenador que la directiva del Barça prefirió antes que el propio Lucho, un Gerardo Daniel Martino que siempre puso voluntad y buen hacer pero no dio ni por asomo con la tecla de un conjunto y un vestuario que sólo los que han estado dentro del mismo, pueden hablar lo difícil que es de llevar,  Un año sin títulos, la marcha de Victor Valdés, la retirada de Carles Puyol, la muerte de Tito..muchas lozas en un camino pesado y con tantos obstáculos que fue imposible de resistir y terminó por ser un fracaso. El "Tata" se fue, y la directiva se propuso cambiar el vestuario con aires de renovación y juventud. Y la primera pieza del nuevo puzzle que Zubizarreta y Bartomeu estaban diseñando era el técnico asturiano, que accedió encantado a las pretensiones del equipo catalán. Dolido por dejar el Celta, ya comenzada la pretemporada, pero contento e ilusionado por "volver a casa" y defender el escudo desde los banquillos del club que ha defendido por siempre, delante incluso del eterno rival, La afición respondió con ilusión porque el proyecto tenía buena pinta, el entrenador agradaba, era de la casa, conocía la filosofía del club y podía asemejarse a las benditas comparaciones con el mejor entrenador que podrá pasar jamás por el Barcelona, como es Pep Guardiola. Misma filosofía, conocedores del buen juego, compañeros en el vestuario, pues todo era un cúmulo para que el culé se ilusionara con su nuevo técnico, y éste se puso manos a la obra para devolver toda la confianza depositada en él. El equipo jugaba. y por lo menos, se le veía unas cosas que con respecto al año pasado, o mejor dicho, a la temporada pasada, no tenía. La presión al rival, la lucha de balón, la entrega en cada pelota, la solidaridad a la hora de recuperar las pelotas, etc..parecía sin querer osar al recuerdo de nadie, que volvía el Barcelona temible de Pep al Camp Nou.
Lucho pedía cautela, que esto es una montaña rusa, y que cuando entrenas a conjuntos como el Barcelona o el Real Madrid, hoy estás arriba y mañana no te conoce nadie, por eso, había que seguir trabajando y consiguiendo los objetivos a corto plazo, porque los a largo, son imposibles en un banquillo como el culé.
Todo era un odisea para el Barcelona, hasta que llegó el partido de inflexión para el Barcelona de Luis Enrique, que no es más que el clásico contra el Madrid en el Bernabéu, donde se adelantó, pudo ponerse 0-2 y acabó con la camiseta y el escudo tirado sobre el césped de Chamartín. A partir de ahí todo son dudas. ninguna alineación se repite, muchos cambios, muchos sistemas, muchas pruebas, para, un Barcelona que sigue sin jugar a nada, pero que Luis Enrique manifiesta y defiende, está muy tranquilo y sabe que las cosas acabarán cuajando,
Desde mi opinión, creo que vale para ser entrenador del Barcelona, que necesita tiempo, algo que en España no damos, y confianza, algo que sólo le darán los resultados. Tan claro tengo que Lucho vale como que si no gana ningún título esta temporada, él, junto a la directiva y administración, abandonarán el Barcelona. 

                                          Lucho vive su sueño entrenando al FC Barcelona.

En definitiva, un 2014 muy positivo para Lucho, donde llevó al Celta a un buen juego y resultados, con las limitaciones que contaba, y que posteriormente le han servido para llegar al banquillo del Barcelona, donde de momento, no lo está haciendo mal pero tampoco es un paraíso. Habrá que esperar para ver que dice el tiempo, que pienso " es el mejor juez en esta vida que llevamos todos".
Felicidades a Lucho por ser lo que es, porque seguro que se lo merece y que, y es un deseo personal, triunfe al frente del banquillo del FC Barcelona.

Hecho por: M. David C. Martín ( @MDavidCorrea)

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