5 de marzo de 2015

El Barcelona de Luis Enrique volvió a repetir el marcador registrado en el partido de ida en el Camp Nou en el disputado ayer tarde en el Madrigal (1-3), donde se impuso a un combativo y buen Villarreal que  sucumbió ante la calidad ofensiva del conjunto culé, que con goles de Neymar y Luis Suárez, se planta en una nueva final, y con opciones de ganar un nuevo título de copa, competición donde es el rey.

                                         El Barcelona se cuela en una nueva final de copa.

El Barça certificó su pase a la gran final de la copa del rey, con otro partido brillante en eficacia y calidad ofensiva, ante un Villarreal que soñó en todo momento con una remontada que nunca llegó y que generaba mucha ilusión en la ciudad. Y es que el conjunto azulgrana no dio opción alguna a un submarino al que golpeó con un tempranero gol de Neymar para echar por tierra toda preparación por parte de Marcelino de una posible emboscada al equipo dirigido por Luis Enrique. 



Un Luis Enrique que ya avisaba en rueda de prensa que no iban a ir a la ciudad castellonense a especular, a jugar con el resultado, a intentar alimentar cualquier opción amarilla, que irían a por todas, a ganar. a convencer y a certificar un pase, que en la ida, quedó casi cerrado. 
Y esa importancia y ese respeto que tenía Luis Enrique por la vuelta, y los 90 minutos aún por disputarse se vieron en la alineación formada por el técnico asturiano, como siempre con Ter Stegen en copa, Montoya por un Alves que causaba baja, pero con la línea defensiva titular, con Piqué, Mascherano, que volvía a la zaga tras su partido en el medio ante el Granada, y con Alba por la izquierda. Con Busquets, que sería protagonista en la parte fea y triste del partido, con Iniesta y Rafinha, que ha jugado los 4 partidos de titular contra el equipo amarillo, y con el tridente intocable arriba. Una alineación para cerrar un pase a la final, mostrando un respeto por una competición que si alguien se la toma enserio, es el FC Barcelona



Enfrente, Marcelino, distinto a la alineación presentada en el Bernabeu, plagada de suplentes, formó a sus hombres en mejor forma, con Asenjo bajo palos, Mario, Victor Ruíz, Mussachio y Costa en defensa, con Pina y Trigueros en el medio, con Cheryshev, Jonathan, Vietto y Uche arriba en la punta del ataque, aunque la fórmula esta vez no dio resultado ante un grande, como el pasado domingo. Resulta anecdótico que con los suplentes saques un empate del Bernabeu y con los titulares en casa, no des la talla. Cosas que tiene este deporte. 


Y así arrancó el choque, con un Villarreal volcado desde el inicio hacia la portería de Marc André Ter Stegen, con un cabezazo de Cheryshev, que no tuvo su noche, como todo su equipo. Y en la primera llegada culé, cuando no llegábamos ni al 3 de partido, un centro en una jugada al contragolpe de Leo Messi, que volvió a sacar su compás, era interceptado por Neymar, que en el mano a mano ante Sergio Asenjo, no falló en picarla por encima y con suspense y llorando, acabó en las mayas de las redes amarillas. Jarro de agua fría, pero con hielo incluido, para un Madrigal que tenía la esperanza de hacer una proeza, y que veía como todas sus aspiraciones se esfumaban con el gol del crack brasileño. Volvió a aparecer la magia de los dos cracks cules, de Leo asistiendo, y de Ney mandando al fondo de la portería.

                                               Neymar abrió la lata para encarrilar el pase.

Pero si algo caracteriza al conjunto de Marcelino García Toral, es no rendirse nunca ante las adversidades, y como hiciese ante el Real Madrid en el Bernabeu en la liga el pasado domingo, también en la noche de ayer consiguió igualar el choque antes de encarar el túnel de vestuarios, no sin antes fallar numerosas ocasiones de gol, algunas tan clamorosas como el mano a mano de Cheryshev ante Ter Stegen que el portero alemán, en más puro estilo germano, sacó el disparo del internacional ruso con una parada fuerte sosteniéndose en pie erguido. Mario también tuvo la suya, y Uche y Vietto en varias ocasiones, pero se encontraron con la muralla formada por Piqué y Masche y una mala noche en lo que a lo ofensivo se refería. 



En la jugada del empate, llegó la noticia triste para el Barcelona, ya que en una lucha fortuita, queremos pensar que fue así, Tomas Pina lesionó a Sergio Busquets con una entrada que le dobló el tobillo por completo, haciendo ver las estrellas al de Badía y haciendo temer lo peor en el seno azulgrana. Y es que algo fundamental en el éxito del Barça es la presencia en el medio y a buen nivel, como lo está dando, del internacional con la selección española. Con Busquets tendido, el balón llegó a Vietto, que abrió a banda izquierda en una de tantas incorporaciones de Jauma Costa, que la colgó al área, llegando el balón a Jonathan Dos Santos, que fusiló a Ter Stegen a quema ropa para establecer las tablas antes del 45. Descanso, 1-1, y lo que el Barcelona había enfriado, lo había vuelto a calentar Jonathan, con su gol, y el espoleamiento de una grada que, aunque con prudencia, todavía creía en el milagro. 

                                           La lesión de Busquets fue lo peor de la noche.


En la segunda parte, la película, o el escenario, cambió poco, por no decir que no cambió nada. Entró Mathieu por Busquets, pasando Mascherano al medio, y formando el galo pareja de centrales con Gerard Piqué, algo que causaba algo de inestabilidad defensiva, y es que lo que parecía a principios de temporada algo intocable, ahora es un tándem de dudas cada vez que juntas a ambos. 



El Villarreal siguió a lo suyo, espoleado por el gol del empate, se dedicó a buscar más todavía si cabe la portería del alemán Ter Stegen, pero nuevamente se encontraría con los factores determinantes de la primera mitad: una mala puntería y una defensa que lo sacaba todo. Vietto y Uche intentaban tirar del carro pero a raíz que pasaban los minutos, la ilusión del submarino se iba hundiendo más y más, entraron Giovanni por Uche, Campbell por Cheryshev, pero poco cambió la historia. 
Pasado el ecuador de la segunda parte, el Barcelona sentenciaría la eliminatoria y su pase directo a la gran final de la copa del rey, con un balón MARAVILLOSO de Mascherano desde la posición central que buscó el desmarque en orientación diestra de Luis Suárez, que cada vez se parece más al del Liverpool, y el charrúa en el mano a mano, tras driblar la salida de Asenjo y a puerta vacía, no perdonó para anotar una muesca más a su pistola goleadora. Antes lo había intentado Leo Messi, que no estuvo tan participativo en lo ofensivo, pero si determinante en lo asistente, sacando de esa bendita pierna derecha una y otra vez pases a la espalda de los centrales y laterales buscando las llegadas e internadas de sus compañeros. 



El gol de Neymar es producto de él, sin ir más lejos. En referencia al nuevo gol de Luis Suárez, destacar que es el sexto que marca en 6 partidos, que empieza a anotar goles, a parte de la ya conocida aportación ofensiva al tridente y así el Barcelona ve amortizados los 81 millones invertidos en lo que necesitaba con urgencia, un 9 que matase en el área todo lo que pasara por allí. 

                                       Nuevo gol de Suárez que cerró el pase para el Barça.

Con el gol de Suárez se acabó la eliminatoria, el Villarreal ya bajó los brazos, se vio superado y ya si consideraba imposible la hazaña. Y producto de esa desesperación llegó la jugada polémica del choque, que encendió a ambos banquillos, aunque todo quedó en una simple anécdota. 
Tomás Pina, el mismo que había dejado fuera de combate a Busquets, cazó en una entrada salvaje a Neymar, golpeándole por detrás con la pierna derecha y en el suelo con la izquierdo. Fernández Borbalán no lo dudó y castigó la acción con roja directa, y el futbolista luego en rueda de prensa no mostraría signo alguno de arrepentimiento, por lo tanto, ojo a la sanción que le puede caer
Pero la lesión que le pudo producir Pina no le imposibilitó a Neymar marcar el tercero, y cerrar el partido, con una asistencia de oro de un arquitecto que sustituyó a Rafinha, para que Neymar marcase el definitivo gol que cerraría el partido y una nueva victoria para el Barcelona

Eliminatoria bonita, decidida con un gol de Neymar en el minuto 3 de choque, entre dos equipos que practican un fútbol apasionante, sin cerrojos defensivos, desbocados al ataque, y que cuentan en sus filas con hombres de una inmensa calidad, sobre todo el Barcelona, calidad determinante para eliminatorias como la vivida en la noche de ayer.



El Barça se planta en su quinta final de las últimas 7 ediciones de la copa del rey, nuevamente se verá las caras con el Athletic de Bilbao, que eliminó al Espanyol en Cornellá y difuminó toda opción de un derbi en la gran final. El Barcelona quiere la copa, la respeta, pero como ha dicho Lucho, los títulos hay que ganarlos, no llegar hasta ellos para perderlos. De nada servirá la inmaculada copa del rey de los culés (8 partidos- 8 victorias) si pierden en la gran final contra el equipo de Valverde
Objetivo cumplido, primer asalto al triplete cerrado, y con ganas de afrontar un mes de Marzo crucial para los intereses del seno catalán. 

Hecho por: M. David C. Martín (@MDavidCorrea)


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