28 de mayo de 2015

El Sevilla de Unay Emery conquistó su segunda Europa League consecutiva tras doblegar al correoso Dnipro en una final muy disputada que acabó con cinco goles, dos del lado ucraniano, Kalinic y Rotan, y tres sevillistas, obra de Krychowiak y un doblete de Bacca, que fue decisivo en la final.

Emery salió con el once de gala, con Reyes de capitán, con el centro de campo potente de Krychowiak y M'bia, y el internacional español Sergio Rico bajo palos. La final empezó vibrante, el Sevilla tuvo su primera oportunidad tras un mal despeje de un central del Dnipro, pero Bacca no pudo convertir. Poco después, Reyes caía dentro del área ante Luchkevych, pero Atkinson decidió que siguieran.
En la jugada siguiente, balón largo del lateral derecho de los ucranianos que gana Kalinic hacia Mattheus, quien de primeras la cuelga para el propio Kalinic, que no perdona de cabeza ante Rico. Se adelantó el equipo modesto ante el favorito, en una contra rapidísima que no estaba en los planes de Emery.

Banega desde lejos, Vitolo en el punto de penalti contra un defensa, Reyes desde la frontal, y demás ocasiones que tuvo el Sevilla en los minutos siguientes, en busca del empate que acabaría encontrando tras un centro de Banega tras el rechace del córner, que toca Bacca hacia atrás y Krychowiak como un delantero controla, se la pone a su derecha y la coloca lejos del alcance de Boyko para empatar a los 27 minutos de juego.
Tres minutos después, Reyes gana un balón en el centro del campo y lo pone a la carrera de Bacca, que gana la bola entre los dos centrales y marca a placer tras sentar a Boyko con un regate. El Sevilla le dio la vuelta al marcador de la final en apenas tres minutos, lo que intentó hacer ver con un juego más pausado y más de toque.

El Dnipro, perdido, sólo sacaba algo cuando Konoplyanka y Rotan se juntaban. El primero hizo estirarse a Sergio Rico con un zapatazo que buscaba la escuadra. Y el segundo, empataría de nuevo la final con una magistral falta directa con un disparo templadito y colocadísimo que hizo imposible la estirada de Rico. El empate calmó mucho una primera parte frenética con la que se llegó al descanso.
Tras él, el Dnipro salió a marcar cuanto antes, un gran centro de Mattheus que no puede enganchar bien Kalinic y desperdicia la ocasión. Konoplyanka volvería a probar desde fuera, pero sin encontrar portería. Emery sacó a Reyes para introducir a Coke, que le dio mucha más libertad a Aleix Vidal para subir a atacar.

A la salida de un córner, Krichowiak tuvo el tercero, pero Boyko estuvo atento y despejó el remate. El guardamente no sería capaz de detener a Bacca otra vez, balón suelto en la frontal que aprovecha Vitolo para tocar lo justo para dejar a Bacca sólo delante de Boyko y éste define con un remate con su zurda cruzado y potente que hizo inútil la estirada del portero.
Pudo sentenciar Bacca hasta en dos ocasiones, pero Boyko le arrebató la primera, y la segunda salió lamiendo el palo. Alrededor del 88’ Mattheus cayó desplomado al terreno de juego y se tuvo que marchar en camilla bajo el silencio sepulcral que se había quedado en la grada, al final el jugador acabó estable y consciente.


El pitido de Atkinson será recordado por la historia del sevillismo y la historia del fútbol, nunca nadie había ganado cuatro Europa League. La victoria tiene también su importancia de cara al año que viene, el Sevilla podrá disputar la Champions League la temporada que viene sin previa ni nada, además claro de optar al título de Supercampeón de Europa.
 


Escrito por: @carlos2gogo

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