26 de octubre de 2014

Jornada 8. Partido de la jornada, todas las grandes televisiones compraron este partido porque era el mejor de esta jornada en el que se enfrentaban el Milan en puesto Champions y la Fiorentina. Pintaba muy bien, espectáculo se oía decir a los comentaristas.

Empezaba el partido, los primeros minutos semejaban un poco el ritual de los últimos años en planeamientos por ambas partes. La Fiore de Montella, tocaba bueno mejor dicho acariciaba la pelota pero la sinfonía no era nada buena, los acordes superiores no llegaban a conectar; mientras el conjunto rossonero se defendía bien colocado, otras veces la defensa chirriaba pero Inzaghi está haciendo un buen trabajo.

El partido seguía así cada vez se mostraba más insípido. La Fiorentina poco a poco maduraba las jugadas hasta que llegaban a las botas de Aquilani que nunca perdía el esférico, o cedía adelante o retrasaba hacia atrás.

Se diluía en posesiones, el partido hacía a hablar a los comentaristas de las grandes épocas de los diferentes clubes, cuando El Sharawhy despertaba la atención de todos en un contragolpe que atajó majestuosamente Neto.

La Fiorentina pasaba de una relajación casi prepotente a una tensión contagiable. El Milan avisaba.

El Milan continuaba agazapado, buscando el error viola para cazar a su presa. Y mordió, en una acción de estrategia un centro de córner acababa rematado por Nigel De Jong a la red. Saltaba la sorpresa, no por el resultado sino porque en un partido tan monótono se quebrajara la paz con un cabezazo del más pequeño.

Nigel De Jong celebrando su gol.
Este golpe sobre la mesa dejó sin ideas claras a los violas. Montella asemejaba el mismo rostro de calma de siempre; y bajo su ideal de tener posesión, marcó un claro matiz, Aquilani solo pasaba hacia delante.

Con ese planteamiento se empezó la segunda parte, la Fiorentina no quería tanta posesión pero si más dinamismo. Cuadrado recibía más balones. A cambio Inzaghi no se quedó atrás y mandó a sus peones a presionar sobre la línea defensiva rival. Se quedó igual Montella porque veía que la defensa rossonera estaba desprotegida,

Los de Florencia atacaban más a menudo aunque tampoco había síntomas de gol. Mientras tanto la figura icónica de Menez emergía sobre el resto. Su talento podría ser angular para la victoria local.

Milan empezaba a recibir el esférico y no necesitaba desprenderse de él. Tocaba con más dinamismo de lo normal pero no mostraba su ofensiva. El conjunto lombardo mascaba con soltura los minutos y dejaba su huella en jugadas a balón parado. Casi marcaba Nigel De Jong.

Menez marcaba el compás del partido, manejaba a doble tempo el ritmo. En un contragolpe entre Andrea Poli, Keisuke Honda, Stephan El Sharawhy fue culminado por Jeremy Menez aunque esta vez Neto dejaba una gran parada frustrando a los rossoneros.

En ese córner, Álex casi marcó, pero en el contragolpe fueron los visitantes los que asistieron la puñalada. Gran disparo desde la frontal de Ilicic que entró rozando el poste. Los visitantes se crecían e Inzaghi se sumaba al ataque.

Tras toda la monotonía soporifera, se creaba una revolución, sin exaltaciones el peruano Vargas removía el encuentro dando espectáculo en los últimos minutos. El encuentro daba sus últimos pasos, con un ambiente de emoción insolente en lo demás de partido.

Acababa un encuentro, que a priori no dejaba felices a ninguno pero a posteriori fue casi sudoríporo de lograr.




Por Miguel Ángel Martín (@AdictoFutbolES)

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