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Tras recibir dos duros golpes seguidos en forma de dos derrotas contra Napolés y Bayern Munich, el equipo romano llegaba al Olímpico dispuesto a mantenerse en la segunda posición de la Serie A, acechando a la Juventus de Turín.
De entrada el equipo de Rudi García salió a comerse al rival en el Olimpico de Roma y a los ocho minutos del primer tiempo tuvo su premio cuando el gran capitán, Francesco Totti mandó un centro perfecto desde la izquierda del área defendida por Gillet para que Vassilis Torosidis anticipara a todo en el primer palo y con un derechazo pusiera el 1-0.
Lejos de pisar el freno, el conjunto local fue por más y ahogaba a su rival que veía como Pjanic y Totti manejaban los hilos del partido. Justamente fue el bosnio quien a los 27 inició la jugada del segundo gol. Junto a tres defensores y dejó solo a Seydou Kéita en la media luna del área para que saque un remate que se desvió en un defensor y dejó sin nada para hacer al arquero belga del equipo granate.
Ya con el partido liquidado, Roma se dedicó a dormir el partido con mucha posesión de pelota, esperando el momento justo para meter el puñal una vez más. Ese momento llegó a los 58 minutos y otra vez desde los pies de Pjanic, quien nuevamente arrastró marcas y metió un pase profundo para el serbio Adem Ljajic, quien enganchó de taco y abrió todo el pie para clavar la pelota en el ángulo izquierdo del arco visitante. Un verdadero golazo para cerrar definitivamente un partidazo de los locales.
La victoria no sólo le sirvió a los capitalinos para reponerse de dos derrotas consecutivas, sino que también fue clave para evitar que Napoli lo supere en la tabla y para no perderle el tren al único líder de la Serie A, la Juventus de Carlos Tevez.
Además, la Roma y todo el estadio Olímpico celebró el 50 aniversario de la primera Copa de Italia ganada por el equipo romano, el 9 de noviembre de 1964 en el descanso del partido.
Escrito por: @JonasMarek
