11 de enero de 2015


 
Se sentía una inercia positiva en el Giuseppe Meazza. Ya bien fuera por la llegada de los recién fichados Podolski y Shaqiri, o porque el empate en Turín ante la Juventus ha cargado de confianza al equipo, los neroazzurri firmaron un gran partido, a la altura de las espectativas y con la regularidad y solidez que siempre se ha achacado al conjunto de Roberto Mancini desde que iniciara la temporada con Walter Mazzarri al mando. Comenzaba el Inter dominando con claridad a un débil Genoa, en un partido con claro sabor y acento argentino. El conjunto genovés de Gian Piero Gasperini no tardaría ni 12 minutos en ir en inferioridad en el marcador, cuando Rodrigo Palacio recogió un rechace de Mattia Perin a un espectacular disparo acrobático de Mauro Icardi.
 
Se gustaría el Inter, y lo haría al son de su estrella. Porque ante la llegada de nuevos refuerzos para el ataque, Icardi demostró quién manda en el Meazza cuando se enfunda la zamarra negra y azul. Su exhibición se unía al festival ofensivo de Freddy Guarín, Lukas Podolski, Hernanes y compañía. El Inter, por primera vez en mucho tiempo, mostraba todo su potencial y en su máximo esplendor. Poco podía hacer Gasperini para parar el vendaval de los de Mancini, que encontrarían el justo premio del 2-0 al filo del descanso, en un remate de cabeza de Mauro Icardi que se coló en el fondo de las mallas. Dedicatoria para su novia Wanda Nara y a otra cosa. El argentino está a otro nivel, y con 10 goles se sitúa a uno de Tévez en la disputa por el capocannoniere italiano.
 
Con la hinchada interista divirtiéndose como pocas veces en la temporada, Mancini decidió dar un paso atrás para amarrar el resultado. La segunda mitad careció de diversión, y el Genoa encontró algún resquicio de meterse en el partido. Solo un pelotazo en la cara de Andreolli a Mancini parecía ser lo más llamativo del segundo período, aunque al técnico italiano no se le borraba la sonrisa. Hasta que del pie de Tino Costa salió una falta directa hacia Handanovic, que tuvo que dejarla muerta para que Armando Izzo hiciera el 2-1 y diera emoción al tramo final del partido. Esa circunstancia produjo que Xherdan Shaqiri, ovacionado por el público durante su calentamiento, no pudiera hacer su ansiado debut. Pero la intranquilidad le duró poco al Inter, porque el serbio Nemanja Vidic amarró la victoria de cabeza con un testarazo inapelable. Así, los neroazzurri se sitúan cada vez más cerca de Europa y a tan solo un punto del AC Milan. Mancini recupera la sonrisa, con un Icardi estelar.


Por David Gómez (@DavidGmez99)

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