19 de enero de 2015

Nueva crónica, como no de mi querido Milan. De nuevo en casa, en San Siro. Otra vez derrota. Año de sinónimos. Sinónimos como San Siro y derrota. O como AC Milan y quemado antónimos de rendimiento.

Hablo del segundo mejor equipo de la historia del fútbol, un histórico de este deporte. Está pasando a ser un juguete roto. En las manos de la corrupción. ¿Berlusconi, Galliani... Quién manda?

Un equipo con una gran hinchada. Mítico. Una de las mejores aficiones del mundo. No da compensación a este desastre. Lo que antes era un equipo ahora es una moda vintage.

Los fichajes no cuajan, y si lo hacen se queman y explotan. Dan su vida a las irresponsabilidades o a las irregularidades, a veces ambas a la vez.

Crean una ficción con títulos de la gran vuelta, tras un partido esperanzador pero caen, en las garras del dinero y la codicia...

El partido fue más simple que lo que estoy contando. Rossoneros durmiendo, nerazurris trabajando.

Así comenzó esta crónica, jugada a jugada los visitantes robaban esféricos para alimentar a sus delanteros en rápidas transiciones. Pinilla, Cigarini... que más da uno de todos tenía que hacer estallar todo esto. Finalmente Denis fue el encargado de envenenar todo pecho rossonero.

En otros partidos no había respuesta, solo shock. Inzaghi desquiciado decidió quitar a Bonera y Cerci y comprar el descanso, quemado completamente el entrenador daba un golpe sobre la mesa. Ambos no jugaban la segunda parte.
Desesperación 

La reacción llegó pero aunque era mejor morir intentándolo, no merecía la pena. Ya era tarde para especular. Todo estaba vendido, todo estaba roto, todo estaba acabado...

Tan simple como la vida, pero tan difícil como describirla dejo esta crónica para dar a entender que el fútbol cambia a las personas pero no se ve compensado ciertas veces por el fútbol.

Muchos dirán que este desahogo no es subjetivo ni tiene destino ni objetivo. Creo que sí, es el de impresionar y tocar la fibra a todo adicto al deporte pero también el de cambiar el equipo.

Creo que todo el mundo tiene una oportunidad en esta vida, yo la de escribir, ¿por qué no la de mi equipo de ganar? ¿O la de Van Ginkel de jugar? Pero todos tenemos la obligación de luchar.

En la vida nadie puede saber lo que piensas, hazte oír.


Realizado por: Miguel Ángel Martín (@AdictoFutbolES)

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