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El mes de enero venía reforzando la moral del Inter. Los nuevos refuerzos y la ligera mejora en los resultados ilusionaban poco a poco a una hinchada necesitada de alegría y retos, lejanos desde que los neroazzurri conquistaran el triplete en 2010 de la mano de Jose Mourinho. Empates valiosos y una victoria con el Genoa en casa hacían presagiar la mejoría de los hombres de Mancini. Mejoría confirmada en la Coppa Italia, donde ganó con contundencia a la Sampdoria con goles del recién llegado Shaqiri y el incombustible Icardi.
Por ello, el partido frente al Torino en el Giuseppe Meazza se presentaba como una oportunidad única para los interistas de dar caza a los puestos de acceso a Europa. Para ello, Mancini presentó un once muy ofensivo, con el tridente Guarín, Kuzmanovic y Kovacic en la medular y Palacio y Podolski en las bandas. Arriba, la punta de lanza de este Inter. Icardi volvía a comandar el ataque de los de Milán ante el Torino. A pesar del lógico empuje del Inter por su condición de local, las asociaciones colectivas brillaron por su ausencia, por lo que el juego neroazzurri careció de fluidez y de oportunidades de marcar, como bien se demuestra en las estadísticas.
Y es que el 71% de posesión interista se tradujo en tan solo dos tiros al arco defendido por Daniele Padelli, que apenas sufrió las acometidas locales. Ni siquiera la entrada de Ranocchia o Shaqiri inquietaron al conjunto de Giampiero Ventura, mucho más compacto y seguro atrás. Al igual que el Inter, los turineses tampoco pusieron en aprietos a Handanovic. Aunque cuando el partido pintaba para un justo 0-0 final, apareció el incombustible trotamundos Maxi López (ex futbolista de River Plate, Barcelona, Villarreal o AC Milan, entre otros) para prolongar a la salida de un córner un sutil balón al área pequeña, donde Emiliano Moretti empujó a la red el tanto de la victoria, ajusticiando a un pobre Inter y frenando en seco sus posibilidades de regresar a Europa.
Escrito por David Gómez (@DavidGmez99)
