3 de marzo de 2015



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La Roma rescató un empate en casa ante la Juventus en un partido gris de ambas escuadras en el que los locales consiguieron poner las tablas con uno menos a base de carácter.



Comenzó el encuentro con los locales presionando la salida de balón de los juventinos, a veces con demasiado ímpetu, cometiendo acciones al borde del reglamento, pero poco a poco la Vecchia Signora se fue haciendo con el control del balón pero no conseguía crear peligro en al meta rival.



En los primeros minutos se impone la lucha física y táctica frente a la calidad y técnica, con los locales esperando cazar alguna contra con la velocidad de Gervinho. El signo del partido estuvo a punto de cambiar si un mal despeje de Manolas a un centro de Pereyra hubiera pasado unos centímetros hacia el lado correcto del palo pero salió fuera por poco.



La Roma comienza a desperezarse pero la circulación de balón es demasiado lenta y previsible y no consigue crear peligro, algo que sí que iba a conseguir la Juventus en repetidas ocasiones, una marrada por Tévez y otra por Vidal.
La segunda mitad comenzaba con los visitantes dando un paso hacia delante intentando llegar a la meta local para sentenciar el scudetto y continuar su hegemonía, algo que se le iba a poner de cara en el minuto 64 con la expulsión de Torosidis por doble amarilla y el posterior golazo del "Apache" de libre directo que ponía las cosas de cara en el minuto fatídico para los giallorrossi.
Como si de un cazador se tratara, la Vecchia Signora sintió al rival herido e intentó rematarlo pero la mira de su escopeta no iba a estar acertada y su presa se quedaba herida pero con vida e hizo lo único que podía hacer en su casa: intentar ir a por el empate.



Los romanos se fueron arriba con más ganas que juego y encadenaron varias jugadas a balón parado, en las que las fuerzas se igualan, y en una de esas Keita conseguía rematar con la testa y Marchisio no acertaba a despejar una pelota que de todas formas iba hacia el gol. El líder de la Serie A veía como le empataban un partido que había tenido controlado hasta el gol de Tévez, pero inexplicablemente fue reculando y acabó pagándolo.



El encuentro terminó con la expulsión de Vidal por una fea entrada sobre Nainggolan y deja las cosas exactamente igual que antes de la jornada, pero con un partido menos que le quedan a los de Turín para proclamarse campeones.

Escrito por: @Jorge_MV_

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