6 de abril de 2015

El Real Madrid se llevó con claridad su encuentro ante el Granada. El choque le sirvió para recuperar sensaciones tanto a nivel grupal, como individual, donde sobresalió la actuación de Cristiano Ronaldo anotando cinco goles.

Ancelotti salió con: Casillas, Arbeloa, Varane, Ramos, Marcelo; Kroos, Modric, James; Bale, Benzema y Criatiano.
Incluyó tres novedades el italiano respecto a su último compromiso en el Camp Nou (Arbeloa, Varane y James).

Por su parte, el técnico visitante sacó de inicio a: Oier; Foulquier, Mainz, Babin, Juan Carlos; Fran Rico, Iturra; Robert Ibáñez, Candeias, Rochina y El Arabi.
Sorprendió la inclusión de El Arabi en el once, ya que el entrenador del Granada no había depositado mucha confianza en su '9'.

El partido comenzó con un Granada que plantaba cara frente al juego poco profundo del Real Madrid. Los nazarenos, encontraban en acciones de contragolpe las posibilidades de que el encuentro se atragantara. El conjunto merengue, no presionaba intensamente y en ciertas ocasiones se veían posesiones largas para un equipo humilde que visita el Bernabéu. El gol de Gareth Bale cambió el devenir del duelo. El galés, recortó a Oier y marcó un bonito tanto.

Los fallos defensivos del Granada se empezaban a ver y esa pasividad defensiva ante un equipo grande trae consecuencias. James habilitó a Cristiano con un magnífico pase y éste superó a Oier con un disparo  ajustado. Los pupilos de Ancelotti tenían ganas de golear y veían factible marcar muchos goles. En apenas ocho minutos, el Real Madrid se había convertido en ciclón imparable, que sabe aprovechar los errores de los adversarios. Así llegó el tercer gol, tras un mal rechace de Oier y una bochornosa cobertura defensiva.

Dos minutos después, se volvió a ver el cañón que tiene Cristiano como pierna. Un disparo a ciento veinte kilómetros por hora dobló las manos de un desafortunado Oier. Culminó un hat trick antes del descanso y además, estaba jugando un partido muy completo, ya que se sacrificó varias veces en labores defensivas.

El público animaba mientras Abel miraba impotente a sus chicos. Oier, estuvo pésimo y firmó una actuación imperdonable en un escenario como el Santiago Bernabéu.
El Granada se refugiaba en Candeias que agitaba con aceleraciones la defensa local.

Cada llegada del cuadro madridista concluía en gol. Una combinación entre James y Benzema fue el preludio de lo que iba a suceder en el saque de esquina. El colombiano la puso al segundo palo, el galo hizo el resto. Bajó el esférico y fusiló con un trallazo. La BBC volvía y lo hacía de la mejor manera posible, abusando a base de goles.

Uno de los más destacados fuera del tridente ofensivo fue James. El ex del Mónaco, aportó equilibrio y calidad al centro del campo. No se complica, lo hace siempre fácil. Su conexión con Cristiano es letal, siempre le busca.
Tras el descanso, su cambio estaba cantado y recibió la ovación del respetable. Entró en su lugar Illarramendi, que aportó más toque al campeón de Europa. Ancelotti supo repartir bien los minutos, dando oportunidades a futbolistas menos habituales, como ya el mencionado Illarramendi, Jesé o Chicharito, que había hecho pública su frustración por tener pocos minutos.

Tras los cambios, llegó la sexta diana al marcador. Marcelo abrió para Bale con un pase muy habitual en la zaga blanca. El galés controló, encaró y cedió el esférico a Cristiano, que remató a placer.
El Granada era un mero títere en manos de un equipo al que le salía todo. Una derrota abultada podría afectar a los rojiblancos de cara al compromiso contra el Celta.

Abel resignado, movió el banquillo con el objetivo de que no le cayeran más goles a su equipo. El Granada, causó peligro a través de los desplazamientos en largo, buscando la espalda de Varane y Ramos.
Una de esas pelotas finalizó en gol, pero antes, Benzema dejó su firma en el encuentro para marcar el séptimo. Pase de Arbeloa, que cuajó un partido correcto, y ''El Gato" recortó a un defensa granadino para batir a Oier.

Era el minuto sesenta y el resultado que campeaba en el marcador era un 7-0. El Real Madrid bajó de revoluciones y comenzó a tocar sin esa verticalidad que se había visto hasta el momento e Ibáñez aprovechó el despiste de la pareja de centrales para firmar el gol del honor.

Las subidas de los laterales madridistas eran constantes dejando huecos atrás pero obligando al rival a meterse en el área. El quebradero de cabeza de los granas era habitual con posesiones que les movian de una zona a otra.
No era buen partido para observar el medio centro visitante porque prácticamente no existía debido al hundimiento que provocaba la ofensiva blanca. El vendaval merengue obligaba a un repliegue de todos los futbolistas. No había medular, ni referencia ofensiva. Abel preveía un partido totalmente opuesto al que se vio, por eso incluyó a El Arabi en el once, un jugador que no gozaba de su confianza. Esperaba llegar vivo al final del partido, con posibilidades para tener un finalizador que pudiera decantar la balanza. Pero nada más lejos de la realidad el torbellino merengue seguía causando ocasiones pese al bajón físico y el mal fario visitante continuaba. Una gran jugada de Modric con Arbeloa era despejada a gol por Mainz. Jesé consolaba al central que acababa de meter el 8-1.

Faltaba la guinda al pastel para Cristiano y no paró hasta conseguir su quinto gol en una mañana histórica en Chamartín. Había avisado con anterioridad, pero el luso no suele perdonar. A la próxima que tuvo, la enchufó. Se la pidió a Modric, le dijo a Jesé que le hiciera la pantalla y con un testarazo sublime redondeó un duelo que nos dejó diez goles.

Uno de los mejores partidos de la historia del club culminado con un repoker que pocos jugadores han llegado a conseguir. Cristiano toma ventaja de cara al pichichi y la Bota de Oro. Parece que CR7 vuelve a su mejor versión. El Rayo de Jemez puede ser su próxima víctima.

Por: @AdictoFutbolES y @D_Moreno19.

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