El partido empezó con un fuerte dominio del PSG, pero su rival no le dejaba fácilmente el espacio para lograr sus objetivos. Con los corsos metidos de lleno en el choque, en el minuto 20 el árbitro, en una jugada no muy clara (y también muy protestada), señaló penalti de Squillaci por derribar a Lavezzi y le mostró la cartulina roja al defensor corso.
La pena máxima fue transformada por la estrella parisina Ibrahimovic, que ponía el 0-1 en el barrio de Saint Denis. Esta jugada fue un duro mazazo para el conjunto entrenado por Printant, que vieron como antes del descanso, de nuevo el delantero sueco batía otra vez al cancerbero Areola.
Al descanso se llegó con el 2-0 y con un hombre menos para el Bastia que dejaba prácticamente sentenciada la final.
La segunda parte empezó igual que la primera. Un PSG que buscaba la portería del equipo isleño y éste se defendía como podía. Ya en el minuto 80 de partido, Cavanni, que entró al campo por Lavezzi, marcó el tercero. En el descuento, mientras la afición parisina celebraba el ansiado título, el uruguayo sorprendió al portero local.
El PSG fue justo vencedor, pero esta goleada, no cabe duda, que fue un duro castigo para un voluntarioso Bastia.
Escrito por: @ladyfellblog