7 de diciembre de 2014


El Bayern München venció a un rival muy conocido a regañadientes, que acabó con el resultado de 1-0. Tras la entrada al terreno de juego de Rode, las estrategias se pusieron en marcha para que Franck Ribery diese la victoria a los de Guardiola.

Las expectativas generadas alrededor del espectáculo que debía ofrecer el duelo entre el líder y el tercero de la tabla se cumplieron en el comienzo. El Leverkusen se plantó en la casa del campeón y generó peligro a partir de Son, Calhanoglu y Bellarabi.

Robben, en un lance del juego
Un par de avisos de los visitantes metieron a los Bávaros en la dinámica del partido, a través de llegadas por las bandas que los laterales Jedvaj y Wendell pudieron neutralizar con esfuerzo. El primer tiempo se cerró con incertidumbre en el marcador y la sensación de que el peligro de los locales, casi ausente, había dependido en exceso del balón aéreo.

La entrada de Rode en la segunda mitad ofreció más consistencia en favor de los de Pep Guardiola, quienes aprovecharon para que Ribery abriera la cuenta al volear un balón que previamente había sido cabeceado por Alonso. Lewandoski tuvo el segundo en sus pies, pero entre Leno y el palo evitaron el tanto. A pesar de ello, el Bayern había recuperado el dominio.

El protagonismo de Leno fue el mejor ejemplo a la hora de valorar el cambio que había experimentado el partido, con los azulgranas favorecidos por los cambios tácticos y por los relevos de jugadores. Un efecto contrario al ocurrido con el Leverkusen, que terminó cayendo con justicia en Allianz Arena.
Por: Raúl García Fernández (@EvilRGF)

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