22 de marzo de 2015


Los hombres de Berizzo acabaron con una mala racha de tres partidos sin ganar, justo los mismos encuentros seguidos que había ganado el Levante en casa. Hacer un gol pareció imposible durante toda la tarde. Sólo fue capaz de hacerlo Charles en un partido marcado por la lluvia y como eso perjudicó el estado del césped. Nada para que un delantero con olfato haga un gol como sea.

El Celta lamentó su falta de puntería durante casi todo el partido. No pudo tenerlo más fácil para marcar. Orellana representó una tarde muy gris en la definición. También tuvo culpa Mariño, que comenzó dejando claro que tiene buenas manos en un disparo de Santi Mina que anunciaba el inicio de las hostilidades.

El equipo gallego tuvo momentos de fútbol brillante. Incluso evitando charcos. No puso la firma en la portería del Levante, muy bien defendida por Mariño. El conjunto local respondió corriendo al contragolpe y echándole valor al asunto. El Celta jugó más y mejor, pero si no es por Charles el partido hubiese acabado a cero.

El encuentro fue haciéndose pesado con el paso de los minutos. El Celta dio síntomas de agotamiento en la segunda mitad, pero Charles salió con la caña preparada. Él dio todo el valor del mundo a una buena jugada entre Pablo Hernández y Nolito. Le puso el gol a su equipo. Sin remate no hay nada. Con el gol lo hubo todo: tres puntos para el Celta.

Escrito por: @JonasMarek

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